El potencial del vino japonés: Japón redescubre el atractivo de sus vinos

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El 9 de febrero de 2025, en la región de Borgoña, en Francia, se llevó a cabo una cata de vinos en la que se sirvieron 600 botellas de 139 marcas japonesas. La industria vitivinícola nipona ha alcanzado una notoriedad en el extranjero que los propios japoneses ignoran, un fenómeno que está transformando los vinos de Japón.

La creciente fama de los vinos japoneses en Borgoña

La segunda edición del Salon des Vins Japonais, un evento de cata de vinos japoneses, se llevó a cabo en una antigua iglesia de Beaune (centro de Borgoña, Francia), región conocida por su producción de vinos. Según Iwasaki Genki, presidente del comité organizador, en esta segunda ocasión tras la de 2023, se probaron vinos de 50 bodegas. Los propios productores de 14 de ellas viajaron a Francia para participar de manera presencial.

La cifra de asistentes ascendió a unas 600 personas, entre las que se encontraban vendedores locales y productores de vino, restauradores y coleccionistas, además de japoneses afincados en Francia. La primera edición contó con la presencia de 450 visitantes, por lo que se puede afirmar que el interés de los franceses por los vinos japoneses está aumentando.

Al fondo a la izquierda la capilla de L’Oratoire en Beaune, sede del Salon des Vins Japonais.
Al fondo a la izquierda la capilla de L’Oratoire en Beaune, sede del Salon des Vins Japonais.

El Hôtel-Dieu de Beaune, antiguamente un hospital gratuito, es uno de los parajes turísticos más populares de la zona. En aquella época se sostenía con la venta de vinos, por lo que su relación con la industria vinícola es profunda.
El Hôtel-Dieu de Beaune, antiguamente un hospital gratuito, es uno de los parajes turísticos más populares de la zona. En aquella época se sostenía con la venta de vinos, por lo que su relación con la industria vinícola es profunda.

En la cata también estuvieron presentes un gran número de medios de comunicación, tales como France Télévisions o la oficina de la emisora pública japonesa NHK en París. Entre los vitivinicultores que asistieron se puede mencionar a personas de gran renombre como Philippe Pacalet, productor de vino natural, que lleva más de una década interesado en los vinos japoneses.

Bertrand Dugat, presidente de Domaine Claude Dugat, una bodega de Gevrey Chambertin cuya historia se remonta al siglo XVII, opinó así de la cata:

“Me pareció sumamente interesante el hecho de que se estén produciendo diferentes estilos de pinot noir en las diversas regiones de Japón. Nosotros estamos de alguna manera atados a la tradición de Borgoña, y sentí cierta envidia cuando supe que los vitivinicultores japoneses hacen vinos a su manera”.

Había dudas de cómo iban a ser recibidos los vinos japoneses en la mundialmente afamada región de Borgoña, pero las reacciones fueron positivas. Al parecer, los visitantes vieron con buenos ojos el estilo limpio y delicado que los japoneses obtienen utilizando uvas pinot noir y chardonnay, las mismas variedades que en Borgoña, así como los sabores que se consiguen con las vides muscat bailey A, una variedad de uva japonesa, o la delaware, que se utiliza exclusivamente en este país asiático. Un coleccionista de vinos que vive en una localidad cercana dijo que pudo percibir una particularidad única en el vino hecho con black queen y que le gustaría añadirlo a su colección. Las uvas black queen, al igual que las muscat bailey A, son una variedad cruzada japonesa, caracterizada por su color morado profundo y un gusto que nos recuerda a las especias.

Japoneses residentes en Borgoña apoyaron el evento. Sirvieron cerca de 600 botellas de vino de 139 marcas.
Japoneses residentes en Borgoña apoyaron el evento. Sirvieron cerca de 600 botellas de vino de 139 marcas.

La huella del clima y ambiente japonés en el sabor de los vinos

La bodega que más atrajo la atención de los asistentes fue Domaine Takahiko, mencionada en la primera parte de este artículo, con sede en la localidad de Yoichi (Hokkaidō). Sus vinos Nanatsu Mori Pinot Noir y Nanatsu Mori Blanc de Noirs son cada vez más reconocidos en Francia.

Otras bodegas bien recibidas fueron Nagomi Vineyards, de la prefectura de Nagano, Fermier, de Niigata y Kitani Wine, de Nara. Ike Toshihiro, de Nagomi Vineyards, dijo que, en contraste con la edición anterior, los asistentes expresaron más preferencia por los vinos japoneses, y no solo curiosidad. Al parecer, también recibieron más preguntas específicas sobre cómo adquirir sus productos. Los vinos de Ike, desde que participó en la primera edición del Salon des Vins Japonais, forman parte de la lista del restaurante parisino Chakaiseki Akiyoshi, que cuenta con una estrella Michelin.

Honda Takashi, de Fermier, comentó que participar en esta cata es una oportunidad para que muchos profesionales, empezando por los propios productores de Borgoña, prueben sus vinos, y para obtener retroalimentación. Agregó que, con base en esas opiniones, le gustaría mejorar la calidad de sus productos. De tener oportunidad, además, desearía llegar a acuerdos justos, que le ayuden a fortalecer su marca.

Kitani Kazuto de Kitani Wine también ha participado en ambas ediciones y dijo que con las opiniones que recibió en la primera como referencia decidió potenciar la acidez de sus vinos, para lo cual ha adoptado técnicas como segmentar las temporadas de cosechas de las uvas.

Asistentes a la cata escuchando atentos las explicaciones de la bodega Domaine Takahiko.
Asistentes a la cata escuchando atentos las explicaciones de la bodega Domaine Takahiko.

A la izquierda, un periodista especializado en vinos haciendo un reportaje sobre vinos japoneses. A la derecha, Etienne de Montille, un productor de vinos en Borgoña y Hokkaidō. En esta edición también se cataron algunos de sus vinos.
A la izquierda, un periodista especializado en vinos haciendo un reportaje sobre vinos japoneses. A la derecha, Etienne de Montille, un productor de vinos en Borgoña y Hokkaidō. En esta edición también se cataron algunos de sus vinos.

Yanase Mitsuru, dueño y chef de Vertus, un restaurante de carne y vinos en París, comentó sobre la cata: “Muchos vinos tenían un sabor distintivo de Japón. Creo que expresan claramente las características de su clima y ambiente. Me gustaría servirlos en mi restaurante de París. A muchos parisinos les gusta Japón, así que estoy seguro de que estarían interesados en esos vinos”. De inmediato, Yanase decidió que ofrecería productos de la bodega Nagomi Vineyards en su establecimiento.

En la cata también estuvo presente Oka Noriyuki, presidente de Gubi Gubi, empresa importadora de vinos japoneses con sede en los Países Bajos. Su puesto era el único que vendía vinos, y se agotaron en un abrir y cerrar de ojos. Sin duda, el modelo único de negocios de Gubi Gubi será de gran importancia para aumentar la notoriedad y aceptación de los vinos japoneses en el mundo.

Motivación y estímulos para los vitivinicultores japoneses

Al terminar el evento, la mayoría de los vitivinicultores japoneses que habían presentado sus productos en el Salon des Vins Japonais visitaron ocho famosas bodegas de Borgoña, tales como Domaine Leflaive, Domaine Dujac y Maison Philippe Pacalet. Iwasaki, el organizador del evento, dijo que esta visita era otro de los objetivos, además de aumentar la notoriedad y aceptación de los vinos japoneses. Tras esta experiencia, los productores japoneses publicaron en redes sociales que habían recibido un gran estímulo.

De izquierda a derecha, Ike Toshihiro de Nagomi Vineyards, Oka Noriyuki de Gubi Gubi e Iwasaki Genki, organizador del evento y productor de vino.
De izquierda a derecha, Ike Toshihiro de Nagomi Vineyards, Oka Noriyuki de Gubi Gubi e Iwasaki Genki, organizador del evento y productor de vino.

Iwasaki pasó siete años en Borgoña estudiando la fabricación de vino y consiguió construir una red propia de contactos. Esto le permitió planear y llevar a cabo el evento. Ahora, de regreso a la prefectura de Tochigi, su lugar de origen, se está preparando para comenzar a hacer sus propios vinos. Quizás es gracias al estilo de vida y los modelos de negocios de jóvenes como él, que han cruzado fronteras, que los vinos japoneses son cada vez más populares internacionalmente. Iwasaki sueña con celebrar este tipo de catas en otras ciudades importantes, como Barcelona.

La reputación internacional de los vinos japoneses está mejorando a una velocidad mucho más rápida que a escala nacional. Al igual que gracias a los visitantes extranjeros, los japoneses se acercan a lugares que antes no eran considerados parajes turísticos, ha comenzado una era en la que los japoneses recapacitarán sobre el valor de sus vinos a través de información que llega de otras latitudes.

Fotografías: Ukita Yasuyuki.

(Artículo traducido al español del original en japonés. Imagen del encabezado: restauradores catando vinos japoneses.)

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