La estatua del ‘bodhisattva’ Kokūzō del templo de Hōrinji

Escribe un artículo en francés sobre: ​​La estatua del ‘bodhisattva’ Kokūzō del templo de Hōrinji
rewrite this content and keep HTML tags as is:

Los budas del periodo Asuka (593-710) tienen un peculiar exotismo continental. Juntando las manos ante ellos, uno se siente envuelto en una dulce atmósfera de paz.

El de Hōrinji es un templo de venerable antigüedad situado en Ikaruga, un área rica en edificios y ruinas próxima a la ciudad de Nara. Se dice que fue erigido por Yamashiro no Ōe, hijo del príncipe Shōtoku, en voto por la salud de su augusto padre, allá por el año 622. Recibe también el nombre de Miidera o “Templo de los Tres Pozos” en mención a los situados en sus cercanías, que según se cree mandó excavar Shōtoku. Estamos a apenas 15 minutos a pie del famoso templo de Hōryūji, igualmente ligado al mítico príncipe.

Si nos guiamos por la tradición del templo, esta imagen es del bodhisattva Kokūzō. Pero los investigadores apuntan a que representaba, en su origen, al también bodhisattva Kannon. De su mano izquierda, en posición baja, pende suavemente un mizugame (ánfora o botella de agua). El brazo derecho lo tiene flexionado por el codo, con la palma de la mano hacia arriba. Parece, pues, un calco de la imagen del Kudara Kannon (“Kannon del reino coreano de Paekche”, Kudara en japonés) del citado Hōryūji, designada tesoro nacional.

Ambas tienen en común estar hechas en un único bloque de madera de alcanforero y presentar una forma general aplanada o de escaso volumen, pese al ligero abultamiento de la parte media. También hay diferencias, por ejemplo, en sus proporciones físicas: esta estatua muestra cara, orejas, manos y otros rasgos relativamente más grandes que los del Kannon de Kudara.

Además, perdido su colorido original, su superficie ha quedado desnuda, sus ojos están entornados y sus finos labios están cerrados, dando en conjunto una impresión de sencillez que la distingue de la elegante belleza que destila su sonriente modelo del Hōryūji.

Hay que decir que hasta el periodo Edo (1603-1868), la estatua del Hōryūji se consideraba una representación del bodhisattva Kokūzō, y que solo comenzó a hablarse del “Kannon de Kudara” ya en la era Meiji (1868-1912), cuando se descubrió en un viejo almacén del templo un hōkan (corona) característico de Kannon.

Estando ubicado en Ikaruga, foco de difusión de la creencia de que el príncipe Shōtoku fue una reencarnación del bodhisattva Kannon, es fácil imaginar que el templo de Hōrinji hiciera tallar una imagen de Kannon similar a la que se guardaba en el Hōryūji. En algún momento desconocido de la historia comenzó a decirse que ambas imágenes eran del bodhisattva Kokūzō. Luego, el descubrimiento de la corona en el Hōryūji reveló la verdadera “identidad” de su estatua, pese a lo cual el templo de Hōrinji prefirió seguir llamando Kokūzō a la suya. Eso fue, al parecer, lo que ocurrió.

“No sé de ninguna otra imagen de buda que tenga un aire tan apacible”, comenta el fotógrafo Muda Tomohiro. “Cuando la suave luz que penetra por el tragaluz revela su silueta, su belleza arranca un suspiro al visitante. Mientras la contemplaba a través del objetivo de mi cámara, a cierta distancia, sentía como si la estatua respirase, produciendo en el aire una ondulación que me envolvía”.

Estatua del bodhisattva Kokūzō

  • Nombre en japonés: Kokūzō bosatsu ryūzō
  • Altura: 1,75 m.
  • Época: Periodo Asuka
  • Colección: Templo de Hōrinji
  • Grado de protección: Bien cultural de importancia (catalogado como “Mokuzō Kokūzō bosatsu ryūzō”)

Fotografía del encabezado: Estatua del bodhisattva Kokūzō, colección del templo de Hōrinji. (Fotografías: Muda Tomohiro)

(Traducido al español del original en japonés.)

Publicar comentario