Chanoma: delicados dulces japoneses en un oasis verde en Ikebukuro

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En esta serie presentamos varias casas tradicionales de Tokio y alrededores convertidas en cafés donde el presente y el pasado se funden, y lo hacemos de la mano de una autora apasionada de las cafeterías. El tercer artículo se lo dedicamos a Chanoma, un establecimiento que se ubica en el barrio tokiota de Ikebukuro.

Recuerdos de Ikebukuro que perduran desde el período Edo

La cafetería Chanoma se encuentra a unos siete minutos a pie del alboroto que se genera en las inmediaciones de la salida oeste de la estación de Ikebukuro. Al girar en una calle estrecha, uno se detiene sin ni siquiera pensarlo: la antigua residencia convertida en café, rodeada por los frondosos árboles del jardín, se erige entre los edificios de la capital. La experiencia que ofrece Chanoma comienza precisamente aquí, pues el ambiente tranquilo que se respira nada más llegar a la otrora vivienda, que sobrevive tras casi 80 años entre el verdor resplandeciente, hace pensar que uno ha viajado en el tiempo.

La casa, de madera y una sola planta, la construyeron los abuelos del actual dueño, Fukano Hiroyuki, poco después de la Segunda Guerra Mundial. De hecho, la familia Fukano llevaba residiendo en la zona desde el período Edo (1603-1868).

La puerta de madera que se conserva en la entrada data de entre finales del período Edo y la era Meiji (1868-1912) y sobrevivió tanto al Gran Terremoto de Kantō (1923) como a los bombardeos de Tokio (1945), de ahí que se considere un vestigio valioso. Una vez que se pasa por semejante construcción histórica, se accede a la propia cafetería.

La puerta de madera impresiona por su enorme tejado.
La puerta de madera impresiona por su enorme tejado.

Lo primero con lo que uno se topa al entrar es la parte no entarimada de la antigua vivienda, donde hay mesas y unos bancos. Al fondo, la habitación con tatamis y el engawa (pasillo entablado), estancias en las que hasta hace unos años residía el propio Fukano Hiroyuki.

La parte no entarimada es amplia y luminosa; a la derecha, la habitación de estilo japonés, con tatamis.
La parte no entarimada es amplia y luminosa; a la derecha, la habitación de estilo japonés, con tatamis.

Independientemente del espacio que se elija para sentarse, por los grandes ventanales se podrá observar la abundante naturaleza meciéndose. Para quienes prefieran ver como la luz del sol se filtra entre las hojas, la parte no entarimada; si, por el contrario, se prefiere disfrutar de las sombras propias de una antigua residencia japonesa, se recomienda acceder a la habitación con tatamis, para lo cual hay que descalzarse. En cualquier caso, la elección entre las luces y las sombras dependerá, en gran medida, de cómo se sienta uno ese día.

En la sala con tatamis uno puede ponerse cómodo y relajarse.
En la sala con tatamis uno puede ponerse cómodo y relajarse.

En la habitación de estilo japonés se han aprovechado cuidadosamente elementos divisorios que reflejan el diseño de la época en la que se construyó la vivienda, como las puertas correderas yukimi shōji y fusuma, estas últimas decoradas con nubes doradas y albaricoqueros japoneses. La sala, que dispone de un tokonoma y un hogar, se utiliza también para celebrar la ceremonia del té, de ahí que se haya prescindido de toda decoración excesiva y se haya optado por recrear un ambiente sosegado que invite a la calma.

El tokonoma, un espacio característico de las habitaciones tradicionales, está decorado con una pintura en rollo y un arreglo floral.
El tokonoma, un espacio característico de las habitaciones tradicionales, está decorado con una pintura en rollo y un arreglo floral.

Una carta centrada en el producto

Las bebidas y los dulces se piden directamente en la barra. La terrina de matcha concentrado es, con diferencia, lo más demandado de la carta. Se elabora empleando una gran cantidad de matcha de Aoi Seicha, una tienda con solera situada en Nishio (prefectura de Aichi), y con ella se le saca todo el partido al sabor original del té verde en polvo. Se sirve decorada con una capa de nata que tiene aroma a té verde tostado y ahumado, lo que le añade profundidad y suavidad al sabor.

Terrina de matcha concentrado y té verde tostado con leche, ambos muy populares entre la clientela.
Terrina de matcha concentrado y té verde tostado con leche, ambos muy populares entre la clientela.

La bebida perfecta para acompañar a este postre es un té verde tostado con leche, que combina a la perfección el dulzor natural de ambos ingredientes. “Nuestro té verde tostado se hace tostando ligeramente hojas de la primera cosecha de la temporada, llenas de umami y de dulzor, de ahí que permita disfrutar del sabor natural de la materia prima”, explica Katō Hiroshi, gerente de la cafetería. Obviamente, además de caliente, sabe muy rico con hielo, sobre todo en verano.

Nishiike Valley, una nueva comunidad surgida en un valle

Chanoma abrió sus puertas en diciembre de 2021.

“Quiero que los vecinos se crucen con alguien y lo reconozcan, que la gente de la zona pueda utilizar esta tierra y esta se convierta en un espacio para albergar intercambios personales”. Estas palabras de Fukano sirven para explicar por qué decidió volver a desarrollar los terrenos que poseía y el motivo subyacente al nacimiento de Chanoma, el primero de los negocios que abrió allí. Así fue como una zona residencial escondida se transformó en Nishiike Valley, un complejo abierto rodeado de naturaleza.

¿Y por qué decidió incorporar el término inglés valley (valle) al nombre? Porque, a diferencia de la avenida frente a la estación de Ikebukuro, plagada de rascacielos, en esta zona abundan las construcciones de poca altura, lo que la convierte, en cierto sentido, en un valle entre tanto edificio. Además, Fukano buscaba que en ese “valle” confluyeran diversos elementos, que personas y servicios de todo tipo se juntaran allí y dieran lugar a intercambios relajados, lo que a su vez se traduciría en la creación de un paisaje nuevo.

La cafetería, situada en un “valle” rodeado de edificios, se ha convertido en un auténtico oasis verde en plena capital.
La cafetería, situada en un “valle” rodeado de edificios, se ha convertido en un auténtico oasis verde en plena capital.

Del diseño de los espacios de Chanoma se encargó el estudio de arquitectura de Tsudou Design Studio. El concepto que se eligió para el proyecto fue el de conectar todo el solar con moderación, por lo que se tiraron los muros que antes rodeaban el edificio. Asimismo, se retiró parte del asfalto y esa zona se habilitó para poder plantar en ella, lo cual hizo que se difuminara la separación entre la finca y el exterior; de este modo, se creó un espacio semiabierto acogedor.

Así, Nishiike Valley destaca precisamente por la libertad que da a cada persona que pasa por allí de disfrutar de la zona como se le antoje. Por ejemplo, en 2023 el aparcamiento que hay enfrente de la cafetería se utilizó para organizar un festival en el que más de doscientos niños disfrutaron de puestos con varios juegos, helados de hielo raspado y fideos a la plancha. En otras actividades, como el Día de Nishiike Valley, se organizó un mercadillo con productos preparados en la cocina común del complejo y los participantes pudieron divertirse en un ambiente relajado.

En una entrevista de hace años Fukano comentó que le gustaría crear un ambiente en el que los residentes de los edificios contiguos pudieran bajar a la calle y disfrutar de ella, y donde se oyera a los niños; y, efectivamente, lo ha logrado: en mayo de 2025 se terminó de construir otro edificio residencial colectivo en los terrenos de Nishiike Valley. La planta baja alberga un restaurante, un gimnasio y un espacio de uso común. Tanto los residentes como los visitantes pueden utilizar ese espacio público que permite interactuar con naturalidad, tal y como Fukano lo había soñado.

La simbiosis con un jardín donde se puede disfrutar de las cuatro estaciones

Chanoma fue el primer comercio que abrió sus puertas en Nishiike Valley, el núcleo del complejo, y ha servido para que mucha gente se interese por la zona. No obstante, no se trata de un negocio perfecto, sino que encarna el concepto en el que se basa todo el proyecto: una vivienda de barrio donde disfrutar de los márgenes.

El jardín de la cafetería nos deleita con sus cerezos en flor en primavera, con los frutos verdes de los albaricoqueros japoneses a comienzos de verano y con abundantes castañas y cítricos yuzu en otoño. El criterio dominante a la hora de elegir los árboles que lo compusieran fue que dieran frutos, que se les cayeran las hojas y que las mariposas pusieran huevos en ellos. Este espacio verde es, además, el eje de una pequeña comunidad que se encarga de cuidarlo: el jardinero que arregla los árboles, la persona que los riega a primera hora de la mañana, quien recoge las hojas que caen al suelo…

“Me encanta trabajar en este ambiente. Regar las plantas me hace darme cuenta de la vitalidad que tienen y me permite sentir en mis propias carnes el paso de las estaciones”, asegura Katō Hiroshi, gerente de la cafetería.

Según nos cuentan, un grupo de turistas extranjeros que se alojaba en un hotel de Ikebukuro fue tres días seguidos a Chanoma. En cada visita llevaban a alguien nuevo, pues, al parecer, ese era el lugar que habían elegido para pasar un ratito por la mañana.

La atmósfera tradicional encandila a los turistas de otros países.
La atmósfera tradicional encandila a los turistas de otros países.

Si se quiere saborear la atmósfera tranquila de Chanoma, recomendamos evitar los sábados y los domingos, de mayor afluencia, y acercarse allí un día de semana por la mañana. Además, las flores y los frutos del jardín cambian según la estación, por lo que una visita no será suficiente. Todo sea por disfrutar de unos momentos de tranquilidad.

Chanoma

  • Dirección: Tōkyō-to Toshima-ku Nishiikebukuro 5-12-3
  • Horario: de 10:00 a 18:30 (última comanda a las 18:00). Cerrado por descanso los martes.
  • Cómo llegar: a unos seis minutos a pie de la estación de Kanamechō (línea de metro Yūrakuchō) o a unos ocho minutos a pie de la estación de Ikebukuro (JR)
  • Sitio web oficial: https://www.instagram.com/chanoma11/

Texto e imágenes: Kawaguchi Yōko.

Imagen del encabezado: La cafetería vista desde la entrada.

(Traducido al español del original en japonés.)

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