El alga ‘wakame’ salada o seca, la más popular disponible todo el año
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El alga wakame no opaca los ingredientes principales de un plato y les da un fino gusto marino a las comidas. Es rica en minerales y goza de popularidad por ser un alimento nutritivo.
Crece en amplias zonas de las costas de Asia Oriental y, aunque es un alga muy familiar para los japoneses, la mayoría no la conoce en su estado natural.
Cuando se usa como ingrediente en la sopa de miso o en avinagrados, la wakame ya está cortada en trozos pequeños, fáciles de comer, y es de color verde oscuro, casi negro. Sin embargo, en la naturaleza es de color café y tiene grandes dimensiones, su extensión alcanza uno o dos metros.
Originalmente, la primavera es la temporada de wakame
El alga wakame que se encuentra generalmente en el mercado está salada o deshidratada y está disponible todo el año, pero originalmente era un producto de alta estacionalidad con un ciclo que termina en un año.
En los albores del verano, cuando empiezan a subir las temperaturas del mar, la parte con forma de tornillo más cercana a la raíz, el mekabu, comienza a expulsar esporas. Tras soltar su descendencia, el alga madre empieza a secarse y las esporas recién salidas se adhieren a las rocas y otros lugares para sobrevivir al verano. Con la bajada de las temperaturas del mar en otoño las esporas toman forma de óvulos, así como de los espermatozoides que los inseminan. De esos óvulos fertilizados comienzan a brotar nuevas algas wakame que crecen rápidamente durante el invierno; en la primavera llega por fin la temporada de cosecha. Así es el ciclo vital de estas algas.
A partir de 1960, aproximadamente, en la costa de Sanriku, que se encuentra entre las prefecturas de Miyagi e Iwate, se comenzó a establecer una tecnología de acuicultura para las algas wakame. En la actualidad, la mayoría del wakame en el mercado es de criadero. Tras cosecharlo se escalda inmediatamente y se sala para conservarlo por más tiempo; de esta manera también se mantiene su textura crujiente y su sabor.
El mekabu a la salsa ponzu es un plato muy común en tabernas izakaya. Su consistencia es un poco viscosa y la mayoría de los clientes desconoce que se trata de la parte de donde se expulsan las esporas. En la primavera, durante la temporada de cosecha, esta parte con forma de tornillo se puede conseguir en los supermercados para prepararse en casa, pero quien no la conozca se sorprenderá de la gran cantidad de baba que contiene.
El alga wakame ya se consumía en el periodo Jōmon
El wakame se consume en Japón desde la antigüedad. En las ruinas de Kamegaoka, en la prefectura de Aomori, se han encontrado restos de esta alga en cerámica del periodo Jōmon (hacia 14.000 a. C. – siglo X a. C.). En el código de Taihō, que data del periodo Asuka (592-710), quedaba establecido que el wakame era objeto de gravámenes, y en el Manyōshū, una colección de poesía del periodo Nara (710-794), se encuentra la palabra wakame en algunos de sus poemas. Para el periodo Heian (794-1185) ya se usaba en guisos y otros platos, lo que nos permite imaginar que representaba un importante y familiar ingrediente para los japoneses.
Incluso existen algunos dichos relacionados con su color negruzco, como la idea de que comerla hace que el cabello se ponga más negro o previene la aparición de canas. Sin embargo, estas creencias carecen de fundamentos científicos. Lo que sí se ha comprobado es que es rica en calcio y magnesio, entre otros minerales, además de que cuenta con mucha fibra vegetal y otras vitaminas, por lo que es considerada un ingrediente muy nutritivo.
(Artículo traducido al español del original en japonés. Imagen del encabezado: Pixta.)
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