El potencial del vino japonés: un acuerdo franco-japonés
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El mundo va reconociendo el potencial de los vinos japoneses. En febrero de 2025 la localidad de Yoichi, en Hokkaidō, firmó un acuerdo vinícola con el pueblo de Gevrey Chambertin en la región de Borgoña, famosa por producir algunos de los mejores vinos del mundo, que fascinaron en su día a Napoleón. En este artículo analizamos las razones que hicieron posible que Yoichi consiguiera hacer un pacto con la gran región vinícola francesa.
El gran logro de una localidad vinícola desconocida
“¿Podrían adivinar si el vino que están catando es de Borgoña o de Hokkaidō?”
La pregunta que lanzó el maestro de ceremonias sorprendió a los asistentes del simposio Visión vinícola conjunta de Japón y Francia, celebrado el 8 de febrero de 2025 en Gevrey Chambertin (Borgoña, Francia), famosa localidad productora de vino. Al comienzo del evento Saitō Keisuke y Cristophe Lucand, alcaldes de Yoichi y Gevrey Chambertin, respectivamente, firmaron un acuerdo de ciudades hermanas y dieron sendos discursos.
Este acuerdo fomenta los intercambios centrados en la industria vinícola para promocionar la cultura, el turismo y la economía de ambas ciudades, e impulsar el desarrollo de ambas. También contempla la cooperación entre la Universidad de Borgoña y la de Hokkaidō, instituciones que cuentan ambas con centros de investigación vinícola. Hay quien considera que el hecho de que una localidad japonesa casi desconocida haya logrado unirse a una productora vinícola de primera como Borgoña es como si un jugador de una liga infantil hubiera conseguido compartir el campo con Ōtani Shōhei, la estrella japonesa del béisbol.
A la izquierda, Christoph Lucand, alcalde de Gevrey Chambertin, acompañado por Saitō Keisuke, alcalde de Yoichi, tras la firma del acuerdo vinícola el 8 de febrero de 2025.
Quizá pocos estén al tanto de que, en el último lustro, algunos vinos japoneses han sido evaluados muy positivamente en el mundo. Uno de los mayores hitos del vino japonés se dio en febrero de 2020, cuando el vino tinto Nanatsumori Pinot Noir 2017, de la bodega Domaine Takahiko, oriunda de Yoichi, apareció en la lista de vinos del afamado restaurante danés Noma, seleccionado varias veces como el mejor del mundo. Los vinos japoneses obtuvieron toda la atención cuando esta noticia llegó a oídos de amantes del vino, compradores, sumilleres y administradores de restaurantes.
Más de la mitad de los vinos japoneses tratados aquí son producciones artesanales que pertenecen a bodegas pequeñas con menos de 20.000 botellas al año. Su escasez dificulta su adquisición, una de las razones que disparó con más fuerza el auge.
En el trasfondo de su popularidad en otros países está el hecho de que cada vez más personas están interesadas en consumir comidas más ligeras y saludables, y en la cultura japonesa, incluida su gastronomía. Ava Mees, principal sumiller de Noma, describe así el vino Nanatsumori:
“Tiene toques herbales y suaves. Creo que es una representación muy japonesa de la variedad de uvas pinot noir la que me ha captado”.
A través de la visión de otros países, aprendimos que la fortaleza de los vinos japoneses reside en su suavidad y su estilo autóctono.
Soga Takahiko, fundador y líder de la bodega Domaine Takahiko (2010, barrio de Nabori, Yoichi chō, Hokkaidō). Sus uvas pinot noir con toques de umami atraen a los enófilos.
Los atractivos que Yoichi ofrece a Borgoña
Desde que tomó el cargo en 2018, el alcalde Saitō ha utilizado el vino como “arma” para hacer frente al descenso de la población y revitalizar Yoichi. Bajo su administración se han comenzado a ofrecer subsidios a aquellos agricultores que cambien a variedades específicas de vides para vinos, y también a aquellos que adquieran maquinaria de fermentación. Además participó también en el asunto de Noma.
Saitō está convencido de que si cuenta con un fuerte núcleo le resultará posible atraer inversiones y personas a la ciudad, y de que el vino cuenta con ese potencial. Pone como ejemplo la misma región de Borgoña. Con una población similar a la de Yoichi ha logrado atraer a personas y riqueza provenientes de todo el mundo.
Para finales de enero de 2025, Yoichi contaba con 16.941 habitantes, mientras que la ciudad de Beaune, la principal de Borgoña, tenía 20.233 en 2022.
El alcalde de Yoichi trabajó dos años para conseguir el acuerdo vinícola. En 2023, Jean Yves Bizot, de la afamada bodega Domaine Bizot, visitó Hokkaidō, y Saitō le habló fervientemente del potencial de los vinos de Yoichi, con lo que logró convencerlo de que fuera un puente de intercambio entre Japón y Francia. El alcalde japonés puso en marcha la diplomacia vinícola tras visitar varias veces Borgoña. Sin embargo, alcanzar un acuerdo entre Yoichi y Gevrey Chambertin, una localidad con una historia de 2000 años reconocida mundialmente por sus vinos, no fue una tarea fácil.
Con este pacto Yoichi obtiene muchos beneficios, tales como conocimiento sobre la plantación de vides, la fermentación y los intercambios culturales, pero ¿qué podría ofrecer esta localidad japonesa a Gevrey Chambertin a cambio?
El lema del alcalde es “Yoichi se convertirá en el segundo Oregón”. En la actualidad Oregón, en Estados Unidos, es considerada una región que ofrece vinos de gran calidad, pero todo comenzó en 1987, cuando representantes de la bodega Maison Joseph Drouhin, entre muchos otros importantes productores de Borgoña, llegaron como invitados al estado estadounidense para ayudar a elevar el nivel de los vinos. El Oregon Pinot Noir Celebration es un evento anual ampliamente esperado por los amantes de los vinos de todo el mundo, y se ha convertido en un gran atractivo turístico.
Estados Unidos es el principal país consumidor de vinos. Gracias a la relación amistosa que se estableció con Francia mejoró la reputación de los vinos de Borgoña y aumentó la sensación de cercanía, lo que representa importantes ganancias para la región francesa.
Simposio Visión vinícola conjunta de Japón y Francia celebrado en Gevrey Chambertin, al que asistió un gran número de participantes de ambos países, tales como medios de comunicación, productores y enófilos.
El alcalde Saitō cuenta que durante las negociaciones solicitó a la parte francesa que considerara el potencial de Yoichi, que recibiera la ciudad como discípula y que hicieran experimentos hombro con hombro para producir vinos de calidad en las frías y frescas tierras de Hokkaidō.
Está por demás mencionar que la pinot noir es la variedad principal de vides para vinos tintos en Borgoña. A consecuencia del calentamiento global, muchas regiones vinícolas famosas temen que la producción se vea afectada. Borgoña, al igual que otras zonas de temperaturas frescas, ha comenzado a sufrir en años recientes incidentes relacionados con el aumento de las temperaturas, tales como vides quemadas por el sol o uvas que maduran antes de tiempo sin producir los compuestos fenólicos esenciales para el gusto profundo del vino.
Por otra parte, en la actualidad, Yoichi ha alcanzado temperaturas semejantes a las que tenía Borgoña antiguamente. Otra cosa que ha aumentado es el número de sus bodegas: hace 15 años solo había dos, y ahora esa cifra se ha elevado a 19. Yoichi ya cuenta con una historia de éxito en la producción de otras frutas, como las manzanas, y la mitad (volumen de producción) de las vides de Hokkaidō se encuentran en esta localidad.
Una famosa bodega se establece en Hokkaidō
Entre los expositores del simposio se encontraba Étienne de Montille, de la bodega Domaine de Montille, con cerca de 300 años de historia en Volnay, Borgoña. A causa del cambio climático, esta bodega comenzó a buscar nuevas tierras para su producción y, tras una investigación exhaustiva, decidió que Hokkaidō podía ofrecer condiciones climáticas similares a las de Borgoña. Por esa razón, en 2017 fundaron la bodega De Montille & Hokkaidō, un proyecto en la localidad de Kikyō-chō de la ciudad de Hakodate.
En 2015 esta bodega ya había visitado Japón para llevar a cabo una observación y De Montille quedó impresionado por los dedicados esfuerzos de los vitivinicultores japoneses, desde la siembra de vides hasta la fermentación.
Debido a sus veranos sumamente húmedos y sus otoños llenos de tifones y lluvias, no se puede decir que Japón sea el lugar más adecuado para la producción de vides. Los viticultores viven en una lucha constante con la naturaleza. Tampoco es fácil obtener buenas vides y equipos para la fermentación. Todos estos obstáculos no hacen desistir a los productores apasionados de crear vinos de gran calidad, hecho que conmovió profundamente a De Montille, y que resultó ser uno de los factores que lo animaron a poner en práctica su propio espíritu pionero.
Al final del simposio se llevó a cabo un seminario especial superior en el que se comparaban los vinos de Japón y de Borgoña, dirigido por Takamatsu Tōru, sumiller maestro, y Steve Charter, maestro de vino. Takamatsu también es un miembro de una organización de apoyo en la producción vinícola y la revitalización de Yoichi, y hasta la primavera de 2025 trabajaba como practicante en Domaine Takahiko.
A la izquierda, Takamatsu Tōru, quien impartió la cátedra sobre vinos japoneses y, a la derecha, la lista de vinos que se cataron en el seminario superior.
A la izquierda un Nanatsumori Pinot Noir de Domaine Takahiko de Yoichi, con el que se elevó el reconocimiento internacional de los vinos japoneses. A la derecha, un Chambertin Clos de Beze Grand Cru que la bodega Domaine Drouhin Laroze, de Gevrey Chambertin, presentó por sorpresa para el seminario superior.
Después de presentar tres vinos tintos de Japón y tres de Borgoña, los organizadores sirvieron un séptimo y pidieron a los participantes que adivinaran en qué lugar se había producido. Se trataba de un vino con un aroma profundo y toques de frutos rojos y herbales. Un vino muy fresco y jugoso. Las respuestas se dividieron entre quienes creían que era Borgoña y aquellos que apostaban por Hokkaidō.
Ettiene de Montille hablando del vino Odoroki Surprise 2019, de De Montille & Hokkaidō.
Mientras los asistentes guardaban silencio, se dio a conocer la respuesta. Se trataba del Odoroki Surprise 2019, un vino de Montille y Hokkaidō. Ese año la bodega todavía no contaba con sus propias vides, ni estaba completamente establecida. Este vino se produjo con vides de Kimura, un viticultor de uvas representativas de Yoichi, y se fermentó por contrato en la bodega 10R de Sorachi, también de Hokkaidō. Sin duda, la respuesta dejó claro a los participantes el potencial con el que cuentan los vinos de esta prefectura septentrional de Japón.
(Artículo traducido al español del original en japonés. Imagen del encabezado: los viñedos que se extienden en las colinas de Yoichi. Al fondo, el cabo Shiripa, símbolo de la ciudad.)
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