Frederik Schodt, embajador del manga: de Tezuka Osamu a la era de la IA
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El manga y el anime son hoy en día enormemente populares en todo el mundo, en gran parte gracias al trabajo de Frederik Schodt y a sus décadas de labor traduciendo y compartiendo estas creaciones con un público global. Él nos habla de su carrera en una entrevista tras su incorporación al Salón de la Fama de la Edición de Manga.
El manga, un fenómeno masivo
El manga y el anime japoneses llevan ya algún tiempo causando sensación en Estados Unidos y ejerciendo una influencia cada vez mayor en diversos ámbitos de la cultura estadounidense. Las obras de anime se transmiten en Netflix, los personajes de manga y anime aparecen en el desfile del Día de Acción de Gracias de Nueva York, e incluso se ha citado estas formas artísticas como inspiración para películas como Everything Everywhere All at Once (2022), que ganó numerosos premios Óscar en 2023.
Para cualquiera que viva en Estados Unidos, está claro que la popularidad del manga y el anime no conoce límites. Una visita a cualquier librería lo demuestra.
La cadena de transmisión pública PBS informa de que las ventas de manga en Estados Unidos se cuadruplicaron entre 2019 y 2022, convirtiéndose en el cuarto género de ficción más importante después de los títulos románticos, de terror y de fantasía. El auge se ve impulsado por aplicaciones de bajo coste que ofrecen acceso instantáneo al manga traducido al inglés. Las obras de animación también se encuentran disponibles en Netflix y otras plataformas de streaming.
Las ventas de manga están aumentando considerablemente, sobre todo entre los jóvenes, que acuden en masa a las librerías independientes. En una de estas tiendas de Nueva York, por ejemplo, el manga ocupa un lugar destacado en el centro de la sala de ventas.
Una librería de Nueva York con un llamativo expositor de manga. (© Kasumi Abe)
Frederik L. Schodt, veterano traductor del japonés al inglés con una carrera de cinco décadas, señala: “En Estados Unidos todo el mundo conoce la palabra ‘manga’. Incluso aparece ahora en el diccionario. Y gracias a haber crecido con animes como los de Miyazaki Hayao, los jóvenes de hoy en día están familiarizados con palabras como fusuma y tatami, que hace cincuenta años pocas personas fuera de Japón conocían”.
Tras traducir obras emblemáticas como Tetsuwan Atomu (Astro Boy) y trabajar en Hadashi no Gen (Barefoot Gen), Schodt fue incluido en el Salón de la Fama de la Edición de Manga en la ceremonia de los Premios Americanos del Manga celebrada en Nueva York en agosto de 2024, en reconocimiento a su papel pionero en la introducción del manga en el mercado norteamericano y por sentar las bases del auge actual.
Frederik Schodt (extremo izquierdo) en la primera ceremonia de los American Manga Awards, en 2024. (© Kasumi Abe)
Una trayectoria como traductor de manga
Schodt, cuyo padre era funcionario del servicio exterior estadounidense, vivió en Noruega y Australia antes de llegar a Japón en 1965, a la edad de 15 años. Tras pasar tres años en la Escuela Americana de Japón, se matriculó en 1968 en la Universidad de California, Santa Bárbara, pero más tarde pasó dos años en Tokio como estudiante de intercambio en la Universidad Cristiana Internacional (ICU, por sus siglas en inglés).
Tras graduarse en la UCSB en 1972, Schodt trabajó en diversos empleos, entre ellos como lavaplatos en un restaurante japonés y como guía para turistas japoneses. De vuelta en Tokio en 1975 como estudiante de posgrado con una beca del Ministerio de Educación, Schodt regresó a la ICU para estudiar traducción e interpretación. Al terminar sus estudios en 1977, Schodt comenzó su carrera como traductor e intérprete, trabajando en una empresa de servicios lingüísticos en Tokio. Ahora vive en Estados Unidos, pero mantiene fuertes lazos con Japón. Su última visita fue en marzo de 2025, como miembro del comité ejecutivo del Premio Internacional de Manga de Japón, patrocinado por el Ministerio de Asuntos Exteriores de Japón.
Schodt recuerda sus inicios en el campo de la traducción de manga. “En mi primer año en la ICU estaba en el programa intensivo de japonés y empecé a leer manga como parte de mis estudios. El manga estaba en auge entre los estudiantes universitarios en aquella época, y muchos de ellos llevaban consigo cómics incluso más gruesos que sus libros de texto. Okada Shūichi, uno de mis amigos de la residencia, vino un día a mi casa y me dejó cinco volúmenes de Hi no tori [que Schodt traduciría más tarde como Phoenix]; ‘Si te gusta este manga, aquí tienes, léetelo, ¡pero no te olvides de devolvérmelo!’, me dijo”.
“Había leído muchos cómics dirigidos a lectores jóvenes masculinos, pero Hi no tori me impresionó por la calidad de su narrativa y su valor literario. Entonces me di cuenta de que el manga era un medio de expresión equivalente al cine y a las novelas”. Sobre Tezuka Osamu, con quien más tarde llegó a trabajar, dice: “Tezuka era un auténtico intelectual, por lo que probablemente intentó que Hi no tori se leyera casi como una obra literaria”.
Los amigos que hizo durante su segunda etapa en la ICU proporcionaron el impulso para la carrera de Schodt como traductor. “Junto con mis amigos Jared Cook, Ueda Midori y Sakamoto Shinji, formamos un grupo de traducción llamado Dadakai para traducir manga y llevar la cultura del manga japonés al público extranjero. En aquella época yo trabajaba en la empresa de traducción Simul International después de terminar mis estudios de posgrado en la ICU”.
El encuentro con Tezuka Osamu
Schodt conoció al propio Tezuka en 1977. Los miembros de Dadakai habían decidido que querían traducir algún manga que les encantaba y se decidieron por Hi no tori. A través de un contacto de uno de los miembros de Dadakai, decidieron acercarse a Tezuka Productions para presentarles su idea.
“Tezuka ya era muy famoso por entonces, así que no esperábamos conocerlo en persona. Pero mientras hablábamos con su representante, de repente apareció y nos preguntó qué hacíamos allí. Después de explicarle nuestra misión, aquella oportunidad de dar a conocer su obra en el extranjero despertó su interés y aceptó nuestro proyecto en el acto”. Así comenzó la relación de Schodt con el “dios del manga”.
“El maestro Tezuka era un personaje muy interesante que ya tenía mucha experiencia en el extranjero. Tetsuwan Atomu ya se había emitido en la televisión estadounidense con el nombre de Astro Boy, por lo que había estado en Los Ángeles para asistir a eventos relacionados con ello. También había sido enviado a la Feria Mundial de Nueva York de 1964 como reportero para un periódico japonés”.
Tezuka Osamu con Schodt. (Cortesía de Frederik Schodt)
¿Cuál era la relación de Schodt con Tezuka? ¿Era el maestro solo un guía en la industria o se habían hecho amigos? Schodt explica:
“Puedo decir sin lugar a dudas que Tezuka-sensei tuvo un gran impacto en mi vida. Era mucho mayor que yo y ya era un icono en mi mente, pero fue muy amable conmigo. También viajé varias veces con él a Estados Unidos y Canadá como su intérprete. Era un pozo de curiosidad y mantuvimos interminables y agradables conversaciones. Recuerdo un gran error que cometí. Me reuní con Tezuka-sensei en el aeropuerto de San Francisco, donde íbamos a tomar un vuelo con destino a un festival de cine en Canadá. Empezamos a hablar y… ¡estábamos tan absortos en nuestra conversación que perdimos el avión! Fue un verdadero error por mi parte, pero él solo dijo: ‘No importa. No te preocupes’. Podía ser duro con su familia y sus subordinados, pero conmigo siempre fue amable”.
El auge mundial del manga
Cuando Schodt comenzó su carrera como traductor, no existía nada parecido al boom del manga que se vive hoy en día. “Lo único que pensaba era que sería estupendo que traduciendo manga al inglés pudiera ayudar a más gente a interesarse por el manga japonés. Empecé a ver los inicios de un verdadero boom del manga a finales de la década de 1990. Fue entonces cuando la televisión estadounidense comenzó a emitir anime como Pokémon y Sailor Moon. De repente, todos los niños se contagiaron de la fiebre Pokémon, y fue entonces cuando la marea comenzó a cambiar”.
Está claro que el anime fue el catalizador de la popularidad del manga. Crunchyroll, un importante servicio de streaming de anime, está ganando popularidad de forma constante, con 120 millones de usuarios registrados y más de 150.000 miembros de pago a finales de 2024. El manga también se está vendiendo muy bien.
Schodt señala: “En los inicios del anime, eran habituales las copias en vídeo de programas de anime realizadas por aficionados. A medida que crecía la población de aficionados al anime, comenzaron a celebrarse convenciones relacionadas. Con el comienzo de la era de internet también proliferaron las scanlations, es decir, el escaneo y la traducción de manga por parte de aficionados, y se produjo una epidemia de traducciones piratas. Todos estos factores contribuyeron a la popularidad del manga”.
“En la segunda mitad de la década de 1990, el jisui —literalmente, ‘cocinar para uno mismo’, un término otaku del manga que se refiere a desmontar un manga para escanearlo página por página y crear un libro electrónico— era popular en Japón y en el extranjero. Estos libros electrónicos llegaron a un amplio público, aunque se trata de una flagrante infracción de los derechos de autor”.
Las obras pirateadas y las escaneadas fueron grandes impulsoras de la popularidad del manga, pero privaron a los creadores y editores de manga de ingresos. Sin embargo, las personas que compartían obras con estos métodos no pensaban en el hecho de que el manga así difundido suponía pérdidas económicas y planteaba dilemas éticos.
La aparición de la inteligencia artificial y su impacto en la traducción
Hoy en día nuevas tendencias están afectando a la industria, y la IA, en particular, está dando pasos de gigante. La calidad del material traducido por IA puede ser bastante alta, lo que lleva a algunos a creer que la profesión tradicional de la traducción está a punto de desaparecer. En cuanto al futuro de la traducción, Schodt explica: “No me gano la vida exclusivamente traduciendo manga; también trabajo como intérprete y como asesor para eventos relacionados con el manga. Francamente, creo que la IA supone el fin de la traducción como profesión”.
Schodt a veces se encuentra con aspirantes a traductores de manga en convenciones de anime, pero siente que tiene que decirles que esa línea de trabajo ya no es viable. “Ya hay empresas emergentes especializadas en la traducción asistida por IA, y la calidad del trabajo está mejorando enormemente. Creo que nos encontramos en un punto de inflexión histórico. Con el tiempo, el 90 % de la traducción la realizará la IA, y los humanos quedarán relegados a la tarea de revisar y perfeccionar el resultado”.
El manga traducido es una forma de entretenimiento, explica Schodt; pocos en el sector esperan que las traducciones sean perfectas. “En el ámbito del entretenimiento la gente se conforma con traducciones aceptables. Hay muchas traducciones escaneadas realizadas por aficionados, con las que los fans están de acuerdo. Pero las obras copiadas ilegalmente reducen considerablemente los honorarios que pueden ganar los traductores profesionales. Se ha vuelto simplemente imposible ganarse la vida solo con la traducción de manga, a menos que quienes lo hacen estén dispuestos a vivir en el sótano de sus padres y subsistir a base de ramen instantáneo”.
Schodt dirigiéndose al público en la primera edición de los American Manga Awards en 2024. (© Kasumi Abe)
Sin embargo, Schodt ofrece un rayo de esperanza a quienes desean que estas formas de arte sigan prosperando. “Cuando se vive en Japón, es difícil darse cuenta del impacto que el manga y el anime han tenido en otros lugares. Pero el género es una poderosa fuerza global: los Japan International Manga Awards de 2024 recibieron 716 candidaturas de 95 países y territorios, la mayor cifra hasta la fecha. Un brasileño ganó el Premio de Oro, y los ganadores del Premio de Plata fueron de Tailandia, Taiwán y Chile; sus obras eran de calidad profesional. El número de candidaturas, muchas de las cuales estaban claramente influidas por el manga y el anime japoneses, también ha aumentado considerablemente. Creo que eso es maravilloso y es un muy buen ejemplo del poder blando de Japón”.
(Artículo publicado originalmente en japonés, y traducido al español de la versión en inglés. Imagen del encabezado: el traductor pionero de manga Frederik Schodt con su compañero de toda la vida, Astro Boy. Cortesía de Frederik Schodt.)
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