Mantenerse un paso por delante de la demencia: el programa ‘Cognicise’

Escribe un artículo en francés sobre: ​​Mantenerse un paso por delante de la demencia: el programa ‘Cognicise’
rewrite this content and keep HTML tags as is:

El deterioro cognitivo leve (DCL) se conoce a menudo como la fase previa a la demencia, pero se ha demostrado que aumentar la actividad física y la interacción social puede, hasta cierto punto, prevenir la aparición de la enfermedad y ayudar a mantener las funciones diarias. Visitamos un hospital de Tokio que cuenta con un estudio de entrenamiento especializado en el DCL.

Coordinar mente y cuerpo

Según una investigación (con cifras estimadas) realizada por el equipo del profesor Ninomiya Toshiharu, de la Universidad de Kyūshū, en 2025 habrá 4,71 millones de personas con demencia y 5,64 millones con deterioro cognitivo leve (DCL). Debido al impacto de la generación del baby boom, que habrá alcanzando o superado los 75 años, el total combinado de ambas afecciones superará ampliamente los diez millones.

Estimaciones para personas con demencia y DCL

El DCL se conoce como un “estado intermedio entre la salud normal y la demencia”. Pese a tratarse de deterioros cognitivos, como pueden ser los lapsos de memoria, se considera que quienes lo padecen son capaces de gestionar su vida diaria sin dificultad. Un ejemplo que se cita con frecuencia es que, mientras que olvidar el menú de la cena de ayer se atribuye a la falta de memoria relacionada con la edad, no recordar haber cenado es característico del DCL.

Si no se trata, en algunos casos puede convertirse en demencia, mientras que una intervención adecuada aumenta significativamente las probabilidades de evitar su aparición o de recuperar la salud normal. Entre los enfoques que están despertando especial interés se encuentra un programa de entrenamiento denominado “Cognicise” (*1), que combina la actividad física con ejercicios de función cognitiva.

Diferencias entre personas sanas, con DCL y con demencia

El Sanatorio Tsurukawa (en la ciudad de Machida, Tokio) es un hospital general designado por el Gobierno metropolitano y especializado en el tratamiento de la demencia. En abril de 2022 el hospital creó ASMO, un estudio de entrenamiento dedicado a luchar contra el deterioro cognitivo leve (DCL). Todos los martes se imparte un programa de aproximadamente tres horas de duración. Yo visité el estudio a principios de agosto.

En esa jornada participaron doce hombres y mujeres de edad avanzada. La sesión de ejercicios cognitivos, que comenzó tras un calentamiento exhaustivo, se caracteriza por vincular los procesos mentales con el movimiento físico. Los movimientos de los pies, por ejemplo, se combinan con números, estableciendo reglas como “1: adelante”, “2: atrás”, “3: derecha” y “4: izquierda”. Incluso cuando el terapeuta ocupacional Matsuo Ryōsuke gritaba secuencias como “1, 4, 3, 1”, saltándose el orden, la mayoría de los participantes eran capaces de moverse según sus instrucciones.

Matsuo Ryōsuke, terapeuta ocupacional que ofrece orientación en ASMO.
Matsuo Ryōsuke, terapeuta ocupacional que ofrece orientación en ASMO.

La dificultad aumenta gradualmente, con problemas de cálculo como “2 + 2”, “10 – 6” o “99 – 97”. Finalmente, aparecen problemas de resta de cuatro dígitos como “9998 – 9995”, lo que hace que algunos pacientes reaccionen tarde, cometan errores o duden en sus movimientos, perdiendo el equilibrio. Luchan contra la frustración de no poder rendir bien, tratando con desesperación de mantener los pies en movimiento.

Matsuo explica: “Se dice que coordinar los movimientos de la cabeza y el cuerpo mejora las funciones cognitivas. No pasa nada si uno no se puede mover de inmediato según las instrucciones. El simple hecho de intentarlo estimula el cerebro”. Al final de cada mes se celebran sesiones de evaluación en las que se evalúan las funciones cognitivas mediante consultas individuales. Matsuo observa: “La mayoría de los participantes alcanzan un nivel en el que pueden recuperar su estilo de vida anterior o reanudar las actividades que desean realizar”.

Según datos del Centro Nacional de Geriatría y Gerontología, entre el 5 % y el 15 % de quienes sufren DCL alcanzan el estado de demencia cada año. Aunque no se pueden extraer conclusiones definitivas, ASMO parece tener un efecto positivo en el mantenimiento o la mejora de los síntomas.

“Por fin tengo ganas de hacer cosas”

Ōtake Fumi (seudónimo), una participante de 80 años, lleva tres años asistiendo a ASMO por recomendación de su familia. “El mayor cambio es que ahora tengo motivación. Cuando me encontré con un viejo amigo, se sorprendió y me dijo que tenía muy buena cara”.

Cuando empezó a asistir había perdido toda la energía. “De pronto ya no quería hacer nada. Antes me encantaban las películas y el teatro, pero dejé de ir por completo”. Quizá aquella desgana tenía que ver con la muerte de su marido, unos años antes. Al principio solía faltar a las clases, inventándose excusas sin cesar, para ausentarse.

Sin embargo, poco a poco empezó a recuperar la motivación. “Me dijeron que podría conseguirlo seguro, y era cierto: aunque lentamente, conseguí moverme. Ver al joven instructor esforzándose tanto también me hizo sentir que tenía que perseverar”.

En ASMO uno no está solo; está con otras personas en circunstancias similares, por lo que la comunicación fluye y el ambiente es agradable. Kameda Yūko (seudónimo), también octogenaria y asistente desde hace dos años, afirma: “Es agradable conocer a gente como yo. El instructor nos dice que aunque no podamos hacer algún movimiento está bien, porque intentarlo estimula el cerebro, así que me siento tranquila”.

Entrenando en ASMO. (Cortesía del Sanatorio de Tsurukawa)
Entrenando en ASMO. (Cortesía del Sanatorio de Tsurukawa)

Sin embargo, el deterioro de la memoria no se detiene. En comparación con cuando comenzó a asistir a clases, sus puntuaciones en las pruebas de memoria han bajado. Aun así, Kameda sigue siendo capaz de lavar la ropa, cocinar y limpiar, y no necesita la ayuda de su familia. “Todo sigue igual, excepto mi memoria. Mi carácter no ha cambiado; sigo disfrutando de las cosas nuevas. Mientras esté viva, quiero vivir con alegría hasta el final”, afirma. Acepta la realidad del deterioro de su memoria, y sigue disfrutando de la vida, socializando con amigos y participando en actividades del coro local.

En cuanto a los efectos médicos del programa Cognicise, el doctor Komatsu Hiroyuki, director del Centro Médico para la Demencia del Sanatorio Tsurukawa, afirma: “Se forman nuevas vías entre la función física y la función cognitiva, lo que fortalece y refuerza las partes del cerebro que aún están activas. Esto puede compensar por las áreas que están experimentando un deterioro”.

Las causas del DCL

¿Pero qué es lo que causa exactamente el DCL, en primer lugar? Según Komatsu hay varias causas, y a veces puede deberse a hábitos de vida como la alteración de los ritmos diarios o el exceso de comida y bebida. Al revisar esos hábitos y ejercitar las funciones cognitivas temporalmente disminuidas mediante actividades como Cognicise es posible volver a la normalidad.

El doctor Komatsu Hiroyuki (director del Centro Médico para Demencia y Enfermedades Relacionadas), del Sanatorio Tsurukawa.
El doctor Komatsu Hiroyuki (director del Centro Médico para Demencia y Enfermedades Relacionadas), del Sanatorio Tsurukawa.

Por otro lado, el Alzheimer también puede ser una causa. La sustancia que lo causa, conocida como “residuos” beta amiloide, se acumula en el cerebro a medida que disminuye su capacidad de eliminación; los residuos destruyen las neuronas y provocan atrofia cerebral. El DCL se desarrolla cuando esta sustancia se acumula hasta cierto punto, pero “como es algo progresivo no se puede revertir, por desgracia, y termina provocando demencia”.

Dicho esto, incluso en casos de Alzheimer es posible administrar el nuevo fármaco Lecanemab en la fase DCL para ralentizar la progresión de la demencia, y Cognicise es eficaz para mantener las capacidades funcionales diarias en la medida de lo posible.

“Es mejor considerar por separado el deterioro de la memoria (debido a la demencia) y las capacidades funcionales diarias. Creo que lo que realmente importa, más que todo este debate sobre el beta amiloide, es que el paciente pueda realizar sin dificultad tareas cotidianas como comer, asearse e ir al baño, continuar con sus aficiones como antes y mantener su calidad de vida en la medida de lo posible”.

El DCL oculto

Si la dolencia se detecta temprano en la etapa DCL, las opciones de tratamiento se amplían más allá de los ejercicios cognitivos. Sin embargo, distinguirlo de olvidos relacionados con la edad resulta bastante difícil, y no interfiere significativamente en la vida diaria. Pocas personas buscan atención médica de forma proactiva; la mayoría parece acudir al médico solo después de haber desarrollado demencia.

Intervención temprana, la clave para prevenir la demencia

Aunque a menudo se cita la cifra de 5,64 millones de personas con DCL, se trata de una estimación (*2) y no representa el número real de personas diagnosticadas en instituciones médicas. Es fundamental identificar a las personas con “DCL oculto” y ponerlas en contacto con medidas de prevención.

Las autoridades locales de todo el país organizan talleres sobre salud en los que los asistentes pueden someterse a evaluaciones denominadas “revisiones de salud cerebral” o “pruebas de memoria” para detectar posibles casos de DCL. Sin embargo, dado que “la participación en estas pruebas es totalmente voluntaria y no se puede obligar a nadie a realizarlas” (Kurita Shun’ichirō, director sénior del Instituto Japonés de Políticas Sanitarias), su adopción generalizada se enfrenta a ciertas limitaciones.

Aunque las pruebas de detección indiquen la posibilidad de un DCL, muy pocas personas acuden realmente a un centro médico para someterse a un examen formal. El Centro Nacional de Geriatría y Gerontología realizó una encuesta a nivel nacional para evaluar el potencial de demencia entre los residentes de diversas regiones. De las 1.083 personas con posible demencia o DCL, solo 79 (apenas un 7,3 % del total) siguieron la recomendación de someterse a exámenes detallados en un hospital.

El doctor Komatsu, del Sanatorio Tsurukawa, afirma que “dada la dificultad de que los propios pacientes reconozcan por sí mismos que sufren DCL, es fundamental contar con alguien cercano que pueda observarlos de forma objetiva”, y cita la importancia de los médicos de cabecera, los familiares y los amigos cercanos. Cambios como la incapacidad para tomar la medicación recetada son, por ejemplo, más fáciles de detectar por un médico de cabecera, que puede así recomendar una visita a un especialista.

A menos que aumente nuestra comprensión sobre el deterioro cognitivo leve y la demencia, la sociedad tardará en llegar a un punto en el que las pruebas y las consultas sean la norma. La concienciación de las personas cercanas al individuo sigue siendo fundamental.

(Artículo traducido al español del original en japonés. Imagen del encabezado: los pacientes colocan los pies en la escalera según los números que aparecen en ella – imagen cortesía del Sanatorio Tsurukawa; las fotografías no proporcionadas por el hospital fueron realizadas por el autor.)

(*1) ^ Neologismo compuesto por cognition (cognición) y exercise (ejercicio). Programa de ejercicio para tratar el DCL desarrollado por el Centro Nacional de Geriatría y Gerontología.

(*2) ^ Un método comúnmente empleado consiste en realizar una encuesta masiva sobre la demencia y el DCL en pequeñas unidades administrativas, con la cooperación de los residentes, y luego extrapolar los resultados a escala nacional para obtener una estimación.

Publicar comentario