‘¿Por qué no se pudo evitar el atentado con gas sarín en el metro?’: una reflexión del jefe de la policía japonesa
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Tres décadas después de los atentados con gas sarín en el metro de Tokio, un nuevo libro del jefe de la investigación policial sobre la secta Aum Shinrikyō (la Verdad Suprema) repasa las actividades de las autoridades antes y después del trágico suceso.
¿Puso alguien sobre aviso a la secta Aum?
En 2025 se cumplieron 30 años del atentado con gas sarín en el metro de Tokio perpetrado por la secta religiosa Aum Shinrikyō (la Verdad Suprema) el 20 de marzo de 1995, que dejó 14 muertos y más de 6.000 heridos. El líder de Aum, Asahara Shōkō, fue detenido en mayo de 1995. El nuevo libro Chikatetsu sarin jiken wa naze fusegenakatta no ka (¿Por qué no se pudo evitar el atentado con gas sarín en el metro?), de Kakimi Takashi, analiza las actividades policiales en torno a la secta.
En la época del atentado en el metro yo era periodista de un tabloide. En una de mis entrevistas, un agente de policía que había trabajado en la investigación sobre Aum Shinrikyō empezó diciéndome: “Aum se nos adelantó”. El 22 de marzo, la policía planeó una gran redada en unas instalaciones de la secta en la prefectura de Yamanashi. Dos días antes de la redada, sin embargo, Aum liberó el tristemente famoso gas sarín en el metro de Tokio, aparentemente con la intención de crear una distracción.
Kakimi dirigía la Oficina de Asuntos Criminales de la Agencia Nacional de Policía (ANP) en el momento de los atentados, lo que significa que era el funcionario de mayor rango que supervisaba la investigación. Como revela en su libro, había seis seguidores de Aum en las filas de la Policía Metropolitana de Tokio, por lo que no se puede descartar la posibilidad de que la secta recibiera un chivatazo sobre la redada.
Durante mi entrevista, el funcionario mencionado me dijo que Aum había llevado a cabo el atentado en el metro al enterarse de la redada policial, que los ataques no eran previsibles y, por lo tanto, no se podían haber evitado. Sin embargo, yo seguía teniendo dudas.
Las pruebas de laboratorio hallan sarín
Kakimi hace una serie de revelaciones en su libro. En junio de 1994, un año antes del atentado en el metro, Aum llevó a cabo en una zona residencial de Matsumoto un ataque con sarín que causó siete muertos. Tras el ataque, la policía de Nagano se fijó en un residente local como sospechoso clave, lo que frenó la consideración de otras explicaciones. Mientras tanto, el director de la policía de la prefectura de Nagano presentó a Kakimi un informe diferente. A principios de agosto, a medida que avanzaba la investigación, se descubrió que la lista de víctimas incluía a un juez del Tribunal de Distrito de Nagano que estaba resolviendo una demanda civil relacionada con Aum. La policía también se enteró de que una filial de Aum había adquirido productos químicos que podían utilizarse para fabricar sarín.
Fue por aquel entonces cuando la policía de Kanagawa encontró una referencia al sarín en un boletín informativo de Aum elaborado antes del atentado de Matsumoto. También estaba investigando la desaparición del abogado y crítico declarado de Aum Sakamoto Tsutsumi y de su esposa e hijo en octubre de 1989 (los tres fueron encontrados muertos más tarde). Kakimi afirma que fue en ese momento cuando la ANP se dio cuenta de lo peligrosa que era Aum.
¿Cuándo fue la primera vez que la policía unió los puntos entre la secta y el sarín? A finales de septiembre de 1994, la policía de Kanagawa notificó a la ANP sobre una queja sobre ciertos humos nocivos que habían matado la vegetación cerca de las instalaciones de Aum en Yamanashi.
El 7 de octubre, la ANP ordenó a las fuerzas policiales de Nagano y Yamanashi que recogieran conjuntamente muestras de suelo para analizarlas. El laboratorio forense de la agencia estableció el 16 de noviembre que las muestras contenían residuos de sarín.
La policía se rige por las normas sobre jurisdicción
Sin embargo, la policía tardó mucho tiempo en embarcarse en la redada. Lo que ocurrió durante este tiempo se analiza detalladamente en el libro. En resumen, la policía decidió que asaltar la planta de sarín ponía en peligro la vida de sus agentes.
Además, aunque cualquier investigación requeriría importantes recursos, en aquel momento solo las fuerzas policiales de Nagano, Yamanashi y Kanagawa tenían jurisdicción para investigar a Aum. La ANP quería desplegar un gran número de investigadores de élite de la policía de Tokio, pero en la capital no se había producido ningún caso relacionado con la secta. Si se llevaba a cabo la redada, la Agencia de Defensa también tendría que proporcionar ropa de protección y otro tipo de apoyo, y habría que consultar a la Fiscalía.
Aunque el director de la ANP se reunió con otros altos funcionarios para discutir el asunto, no pudieron fijar una fecha para la redada. Mientras continuaban las deliberaciones, 1994 llegó a su fin. Entonces, en febrero de 1995, Aum llevó a cabo su primer atentado en Tokio: el secuestro y homicidio involuntario del supervisor de la notaría de Meguro, Kariya Kiyoshi. Este incidente hizo que se fijara el 22 de marzo como fecha para la redada, y que el secuestro y homicidio de Kariya figurara como delito en la orden de registro.
El testimonio del libro se basa en los registros de la investigación de la ANP. Después de que la redada de marzo se llevara a cabo según lo previsto, la ANP dirigió una operación para detener a los líderes de Aum Shinrikyō por una serie de cargos. La narración pone de relieve cómo el exceso de cautela hizo que la policía quedara a la zaga. También resultará obvio para los lectores cómo la investigación se vio obstaculizada por su naturaleza jerárquica, en la que las diferentes autoridades policiales de las prefecturas trabajaban de forma independiente sin comunicarse.
Aunque el libro proporciona todos los detalles, sí diré que si la policía, que había recibido un chivatazo de un seguidor de Aum, se hubiera comprometido a llegar al fondo de la desaparición de Sakamoto, tal vez habría podido detener la posterior oleada de asesinatos de Aum. Después de leer Chikatetsu sarin jiken wa naze fusegenakatta no ka muchos, como yo, saldrán deseando que las autoridades hubieran seguido adelante con la redada cuando comprendieron por primera vez lo que estaba ocurriendo en noviembre de 1994.
Chikatetsu sarin jiken wa naze fusegenakatta no ka (¿Por qué no se pudo evitar el atentado con gas sarín en el metro?)
Autor: Kakimi Takashi
Publicado por Asahi Shimbun Publications en 2025
ISBN: 978-4-02-252031-9
(Imagen del encabezado: un equipo de especialistas del Cuerpo de Bomberos de Tokio con ropa protectora se prepara para entrar en la estación de Kasumigaseki el 20 de marzo de 1995 – © Kyōdō.)
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