Tres grandes festivales con tambores

Escribe un artículo en francés sobre: ​​Tres grandes festivales con tambores
rewrite this content and keep HTML tags as is:

En esta serie seleccionamos los tres festivales más destacados de cada categoría de entre los incontables matsuri que se celebran por todo Japón. En esta entrega presentamos los festivales del sonido, en los que los tambores japoneses ocupan un lugar central.

El tambor, un sonido imprescindible en los festivales

Ningún instrumento desempeña un papel tan polifacético en los festivales como el taiko, el tambor tradicional japonés. Un único golpe resuena al comienzo para purificar el espacio y anunciar el inicio de un ritual a los dioses. Una serie de golpes frenéticos y rápidos representan los truenos y los dragones que ascienden al cielo, convirtiéndose en una plegaria para que la lluvia traiga cosechas abundantes. En la danza Nenbutsu, la repetición infinita del mismo ritmo guía a los bailarines hacia un estado de ausencia de ego que los acerca a Buda.

Los tambores, indispensables en los rituales sintoístas, cobran a veces un protagonismo especial en los festivales. Presentamos tres importantes festivales de tambores ricos en colorido local.

Iwate – Morioka Sansa Odori

(Ciudad de Morioka, del 1 al 4 de agosto)

El festival más grandioso de la prefectura, con un magnífico desfile.
El festival más grandioso de la prefectura, con un magnífico desfile.

La tarde del 1 de agosto, la calle Central de Morioka, capital de la prefectura de Iwate, se llena de gente con tambores. Esta imagen marca el inicio del gran desfile, la danza Sansa, en la que participan un total de 25.000 personas durante cuatro días.

Cinco bailarinas “Miss Sansa”, vestidas con yukatas y con fajines atados a la cintura encabezan un desfile lleno de esplendor. La banda de tambores, repartida por toda la calle principal, alza sus famosos vítores: “Sakkora, choiwayasse!”. El desfile, durante el cual la multitud se convierte en un solo corazón impresionado, atrae cada año a más de un millón de visitantes.

Las bailarinas Miss Sansa practican diligentemente durante dos meses después de ser seleccionadas. Al frente de la procesión pueden al fin mostrar el fruto de su trabajo.
Las bailarinas Miss Sansa practican diligentemente durante dos meses después de ser seleccionadas. Al frente de la procesión pueden al fin mostrar el fruto de su trabajo.

La danza Sansa, que cautiva a tanta gente, no es solo una fiesta turística. Es un evento histórico con raíces en el periodo Edo, que tiene su origen en una leyenda sobre la caza de unos ogros.

Hace mucho tiempo, cuando cierto ogro causaba estragos en el pueblo, la gente rezaba en el santuario Mitsuishi para que la deidad homónima lo derrotara. Mitsuishi ató al malvado ogro a tres gigantes rocas contiguas, obligándolo a estampar sus huellas en las piedras como promesa de no volver a causar daños. Encantados por la derrota del ogro, los aldeanos bailaron y cantaron al grito de “¡San-sa, san-sa!”.

El santuario más antiguo de la ciudad, el santuario Mitsuishi. Famoso por la danza Sansa y la leyenda de las huellas del ogro, que dio origen al nombre de la prefectura Iwate (literalmente “roca de las manos”).
El santuario más antiguo de la ciudad, el santuario Mitsuishi. Famoso por la danza Sansa y la leyenda de las huellas del ogro, que dio origen al nombre de la prefectura Iwate (literalmente “roca de las manos”).

Con el paso del tiempo, la danza Sansa se fusionó con el famoso baile Bon Odori y se ha transmitido como un ritual para alejar la mala suerte. Incluso hoy en día, antes del evento principal, las bailarinas Miss Sansa interpretan la danza como ofrenda en el santuario Mitsuishi.

En un evento celebrado en junio de 2014 para rezar por la recuperación tras el Gran Terremoto del Este de Japón, se estableció un récord Guinness por la mayor actuación simultánea de tambores japoneses, con 3.437 participantes. Esto demostró, tanto en nombre como en esencia, que se trata del principal festival de taiko de Japón.

La final cuenta con un gran desfile conmemorativo del récord mundial, y un baile en círculo abierto a todos, que une a todo el recinto.
La final cuenta con un gran desfile conmemorativo del récord mundial, y un baile en círculo abierto a todos, que une a todo el recinto.

Kagoshima: Izaku Taiko Odori

(Hioki, 28 de agosto)

La actuación de taiko más agotadora de Japón.
La actuación de taiko más agotadora de Japón.

Kagoshima fue el bastión del clan Shimazu, que gobernó el sur de Kyūshū durante la Edad Media y principios de la Edad Moderna, y los siglos XV y XVI estuvieron marcados por sus continuas guerras. Todavía hoy se celebran numerosos festivales en toda la prefectura para rezar por la victoria y celebrar los triunfos.

Uno de estos eventos, el Izaku Taiko Odori, es el gran festival del santuario Minamikata, en la ciudad de Hioki, en el centro de la península de Satsuma. Se dice que sus orígenes se remontan a la danza de la victoria que realizó el clan Izaku, una rama de la familia Shimazu, tras conquistar la aldea de Tabuse (la actual ciudad de Minamisatsuma) en 1406.

En el centro comunitario los lugareños colaboran para preparar tambores y adornos.
En el centro comunitario los lugareños colaboran para preparar tambores y adornos.

En la mañana del festival, más de veinte artistas denominados hirauchi, vestidos con túnicas blancas, bailan tocando el taiko. Llevan los tambores atados al pecho, y transportan en la espalda adornos con plumas de cola de pollo de Satsuma, y estandartes en forma de flecha, tejidos en troncos de bambú de aproximadamente dos metros de largo. El peso total asciende a unos considerables veinte kilogramos.

En la danza, varios cantores y cuatro intérpretes nakauchi, con coloridos sombreros de flores y kimonos, se unen al centro del círculo de bailarines hirauchi tocando pequeños tambores y címbalos. Junto al animado baile de los hirauchi adultos, llama la atención la inocencia infantil de los nakauchi de secundaria y primaria.

Los niños, con adornos florales, siguen el ritmo de la música.
Los niños, con adornos florales, siguen el ritmo de la música.

El santuario Minamikata, donde se dedica la primera danza, está adornado con altos y rectos cedros que crean un ambiente refrescante. Desde aquí comienza la danza de taiko más agotadora de Japón.

Los hirauchi tocan sus tambores al unísono, acompañando una danza ejecutada con impecable precisión. Los pies se levantan en alto, los adornos de plumas de la espalda se balancean de izquierda a derecha, mientras que las banderas en forma de flecha se agitan arriba y abajo hasta tocar el suelo. Esta valiente danza evoca el espíritu del ejército Izaku de hace seis siglos. Bailar sin descanso bajo el sol abrasador deja a los intérpretes sin aliento, por lo que los asistentes los abanican vigorosamente con grandes abanicos entre los diferentes temas musicales.

Sin dejarse intimidar por la lluvia ni el calor, los presentes se sumergen en la danza.
Sin dejarse intimidar por la lluvia ni el calor, los presentes se sumergen en la danza.

La compañía baila y se desplaza cada media hora desde el amanecer hasta el anochecer. Al día siguiente, bailan sin parar durante otro día completo, recorriendo más de 30 lugares del distrito de Izaku en dos días (en 2025 el evento solo duró un día). Aunque sus pies, cubiertos con calzado tabi, se van llenando de tiritas, los músicos no descansan ni aunque llueva durante la procesión. Tras completar el baile final, el grupo, aguantando el cansancio, se inclina ante el público y se marcha. Es un festival agotador que rezuma el orgullo y la fortaleza de los descendientes de los Hayato, los habitantes originales de Satsuma.

Se debe mantener un ritmo potente y un paso ligero hasta el final.
Se debe mantener un ritmo potente y un paso ligero hasta el final.

Gifu: Hida Furukawa Matsuri

(Ciudad de Hida, 19 y 20 de abril)

El primer día cuenta con magníficas actuaciones de percusión como principal atracción. Las carrozas del segundo día son muy lujosas, y el festival está designado como Importante Bien Cultural Intangible de Japón.
El primer día cuenta con magníficas actuaciones de percusión como principal atracción. Las carrozas del segundo día son muy lujosas, y el festival está designado como Importante Bien Cultural Intangible de Japón.

El taiko no solo se utiliza para actuaciones, sino también como instrumento para marcar el tiempo. Conocido como toki-daiko o fure-daiko, señala el comienzo de festivales y espectáculos.

El festival Furukawa, celebrado en la ciudad de Hida, situada en el extremo norte de la prefectura de Gifu, es famoso por sus tambores okoshidaiko, una tradición que se remonta a hace doscientos años. Antiguamente estos tambores resonaban en plena noche para anunciar el comienzo del festival anual en el santuario Keta Wakamiya. Esto servía tanto para dar la bienvenida a la deidad protectora local como para despertar a los aldeanos dormidos y reunirlos a todos.

Dos percusionistas sobre el tambor, y otros dos sobre la superficie de percusión: las verdaderas estrellas del festival. Los músicos fabrican sus propias baquetas con madera de sauce.
Dos percusionistas sobre el tambor, y otros dos sobre la superficie de percusión: las verdaderas estrellas del festival. Los músicos fabrican sus propias baquetas con madera de sauce.

Al atardecer del día de la inauguración del festival, una yagura (torre para espectáculos en festivales) con forma de mikoshi o santuario portátil, con un okoshidaiko de 80 centímetros de diámetro, espera su salida en la plaza del festival, en el centro de la ciudad. Sobre el cuerpo del tambor, dos jóvenes vestidos con prendas de algodón blanco se sientan a horcajadas espalda con espalda, con los cuerpos fuertemente atados con tela blanca. Con grandes baquetas en las manos, golpean el tambor con fuerza mientras los jóvenes que rodean la plataforma cantan al unísono: “Medeta medeta no Wakamatsu-sama yo…” (Oh, bendito Wakamatsu…). Es sin duda el momento culminante del festival.

Se desata una feroz batalla mientras los asistentes luchan por acercarse al okoshidaiko.
Se desata una feroz batalla mientras los asistentes luchan por acercarse al okoshidaiko.

Cuando los jóvenes llevan esta plataforma con el okoshidaiko por las calles, los devotos de cada distrito se abalanzan hacia adelante, cada uno con un palo de 3,5 metros con un pequeño tambor atado en el centro. Se considera un honor para la ciudad que este tambor, denominado tsukedaiko, vaya junto al okoshidaiko mientras la procesión avanza. Los portadores intentan defenderse, lo que da lugar a una pelea en la que participan cientos de hombres. Además, incluso aparecen personas atrevidas que trepan por los palos de los tambores atados al suelo para realizar acrobacias.

La acrobacia conocida como “libélula” también es digna de mención.
La acrobacia conocida como “libélula” también es digna de mención.

La reñida batalla se prolonga hasta bien entrada la noche. Los tambores que despertaban antes la ceremonia inaugural se han convertido ahora en el centro de atención del festival, y sus valientes sonidos resuenan por toda la ciudad, llenando de vida sus calles.

El segundo día trae un cambio radical hacia un ambiente espléndido y tranquilo. Las calles se llenan con carrozas coloridas y lujosas, una por cada localidad, y se celebran también espectáculos de marionetas mecánicas y kabuki infantil.
El segundo día trae un cambio radical hacia un ambiente espléndido y tranquilo. Las calles se llenan con carrozas coloridas y lujosas, una por cada localidad, y se celebran también espectáculos de marionetas mecánicas y kabuki infantil.

*Fechas estimadas a partir de las de años anteriores.
Fotografías: Haga Library.

(Artículo traducido al español del original en japonés.)

Publicar comentario